Todo en la vida comienza con una semilla. Dios dijo en Génesis 8:22: “Mientras la tierra permanezca, la siembra y la cosecha no cesarán”. Dios dio a su Hijo, Jesús, como semilla para toda la humanidad, a fin de que Él pudiera traer, a través de la salvación, “vastas multitudes del pueblo de Dios al cielo” (Hebreos 2:10).
Fe y Semilla es un término que mi padre, Oral Roberts, usó para referirse a nuestro dar a Dios como una semilla que sembramos, y no como una deuda que tenemos. Dios tiene un plan para satisfacer tus necesidades. Cuando siembras tu semilla – dar de tus recursos – puedes esperar que Dios vea tu ofrenda, y te multiplique lo que has dado, tal como lo promete en Su palabra. (Lucas 6:38) Puedes hablar con Dios acerca de tu necesidad específica, mientras das, confiando en Él y liberando tu fe para que esa necesidad sea satisfecha.
Hay tres claves principales para ejercer el principio de la fe en la semilla (dar y recibir) y verlo funcionar en nuestras vidas:
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1. Mira a Dios como tu fuente. Puede que satisfaga nuestras necesidades a través de otras personas, pero no son más que instrumentos. Dios es el que satisface tu necesidad. Pónganlo a Él primero, luego Él proveerá… y Él lo hará a Su manera… no a nuestra manera… y no dependiendo de si la economía está arriba o abajo. Se reduce a confiar y seguir la agenda de Dios, Su plan y Su horario… Sus principios bíblicos concernientes a dar y recibir (Malaquías 3:9-10, Mateo 6:33 y Gálatas 6:7).
2. Da primero “Semilla para tu milagro o necesidad”.
Aplica tu fe mientras das tu semilla… semillas de lo que tengas que dar… tiempo, talentos, amor, perdón, recursos financieros… y Dios hace que las montañas de la necesidad se muevan en tu vida (Mateo 17:20). Ya no estás dando por un sentido de obligación hacia Dios, como algo que se debe, sino que te conviertes en un sembrador de semillas. Usted le está dando a Dios oportunidades para satisfacer su necesidad y Él a su vez, multiplica sus semillas de vuelta a usted en la forma que más necesita (Lucas 6:38).
3. Espere Un Milagro.Cuando usted da, o siembra sus semillas de fe, usted está esperando cosechar los beneficios (Marcos 11:24). Así como cuando un granjero planta su semilla, él no sólo tira su semilla en el suelo y se va. Él cultiva la tierra y Él espera una cosecha para crecer. Pero el granjero tiene una “temporada debida” para que llegue su cosecha. Así que confía en el momento perfecto de Dios para tu cosecha. Espere que Él multiplique cada semilla que usted siembra y que supla todas sus necesidades, tal como lo prometió en Gálatas 6:9 y Filipenses 4:13.
Dios no está mirando la cantidad que tú siembras; Él está mirando tu corazón -tu motivo- y tu fe. No importa lo poco que creas que tienes, siembralo con alegría y fe, esperando que tu semilla coseche los milagros de Dios!